Características y diversas aplicaciones del helio
El helio es un gas noble que se obtiene como un subproducto en los yacimientos de gas natural en los que la cantidad de helio crudo corresponde entre el 1% y el 3%, siendo necesarios procesos de extracción, purificación, licuefacción y transporte de helio líquido.
Las características de este gas son muy especiales y es por eso que abarca una amplia variedad de aplicaciones.
Ejemplo de ello es su baja densidad, lo que le convierte en un gas útil para el uso de aeronaves o globos de fiesta. Además, las moléculas del helio son unas de las más pequeñas que podemos encontrar, haciendo que sea la opción perfecta para la detección de fugas en equipos de vacío como depósitos, radiadores industriales y componentes de automoción.
Debido a que su bajo punto de ebullición (-268,9 °C) se aproxima bastante a la temperatura de
0°K, que es la que podemos encontrar en el espacio exterior, también es muy útil en aplicaciones
aeroespaciales. Esto, por ejemplo, también hace que sea un gas refrigerante idóneo para enfriar
los imanes superconductores en los equipos de resonancia magnética de imagen y nucleares
(IRM y RMN). Además, al ser un gas noble, también se utiliza en los procesos de cromatografía
en laboratorios de análisis.
Una de las aplicaciones que hace aumentar la demanda del helio cada año es la fabricación de semiconductores, pantallas y fibra óptica debido a su alta conductividad térmica.
Por último, aunque es una aplicación menos conocida, el helio también se añade a los gases respirables en el buceo con bombona para eliminar o reducir los efectos de la narcosis por gas inerte, reduciendo el trabajo de respiración debido al aumento de la densidad del gas en profundidad.
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